La página en blanco | Cómo escribir un libro #8
La página en blanco es un miedo que sufren muchos escritores y escritoras. Tememos el vacío, la nada, a no saber que decir, que escribir…
Seguro que te ha pasado aunque no te dediques a la escritura, con trabajos del colegio o del propio trabajo. A mi me pasa especialmente con el blog, que muchas veces me quedo sin ideas para entradas. En esta entrada voy a poner una pequeña lista con cosas que puedes hacer para que la próxima vez no te quedes en blanco.

La página en blanco
Creo que uno de los temores que tenemos a la hora de enfrentarnos a una página en blanco es, principalmente, falta de seguridad en lo que estamos haciendo. Creemos que todo el trabajo que le vamos a poner no va a merecer la pena o nadie lo va a querer leer. Y, aún sabiendo que siempre habrá personas a los que le gustarán nuestras historias, nuestro estilo de escritura, que querrá leer lo que tenemos que contar, nos entra el pánico. Eso se debe al síndrome del impostor, que nos afecta a todos y a todas, seamos no o no exitosas, hayamos ganado o no premios.
Tu mente siempre está trabajando siempre en nuevas ideas y toda la inspiración está dentro de ti, aún así que, para que la próxima vez no te entre el pánico a la hora de ponerte a escribir puedes hacer algunas de estas cosas:
- Apuntar todas tus ideas: puede ser en una libreta de toda la vida, en una aplicación del teléfono o del ordenador o puedes grabar tus ideas si no puedes apuntarlas. Da igual lo abstractas o ridículas que crean que son, puede ser una frase que te sirva de título, una atmósfera para una historia todavía sin trama…
- Leer mucho: no tienen por que ser novelas, pueden darte ideas libros de temáticas que te interesen (egiptología, biología, historia, espiritualidad, mitología…). También leer artículos en periódicos o blogs. Y no dudes en apuntar todo lo que te inspire.
- Inscribirte en un curso: este curso tampoco tiene por que ser de narrativa o escritura creativa, también pueden ser de otros temas que te resulten interesantes como los nombrados en al anterior punto o pueden ser de historia, diseño gráfico, botánica, ilustración, psicología…saber de otras cosas siempre nos ayudará a la hora de escribir nuestra historia.
- La inspiración: En esta entrada que publiqué hace ya cuatro años hablo sobre la inspiración y donde encontrarla si crees que las musas te han abandonado.
- Imágenes inspiradoras: Hacer un collage o ir guardando las fotos, cuadros, videos que te pueden inspirar para tu historia siempre es una buena idea. Puedes hacerlo en tu libreta o en guardarlas en una carpeta en tu ordenador. El caso es que cada vez que las veas puedan servirte como inspiración.
- Escribe para ti: Lo importante es que empieces escribiendo para ti, que te gustaría leer a ti en un libro, que historia te gustaría contar, sin censuras. Luego siempre puedes corregirlo si no te convence.
- No cuentes las palabras: Algunas historias se cuentan con pocas palabras, puedes empezar por ahí si no quieres escribir una novela larga. Los cuentos y las novelas cortas también tienen su público y puedes aprender de su escritura, además, a mí me encantan. No siempre apetece leer un libro largo. Lo importante es que cuentes lo que quieres contar, sin darle importancia a su longitud.
El poder de la hoja en blanco
Cuando te pones delante de una hoja, ya sea de papel o de un procesador de texto del ordenador, ya tienes una idea en la cabeza, algo que te ha hecho querer ponerte delante de esa hoja. Y si no la tienes, hojea tus notas, la sinopsis que has escrito, por donde te gustaría empezar. Mira la hoja en blanco como una oportunidad, como un mundo de posibilidades, como un nuevo comienzo.
Las ideas ya están dentro de tu cabeza, revoloteando. Todo lo que has visto, leído, soñado, experimentado…está ya ahí esperando a que le des forma. Aunque no sepas por donde empezar tu nueva historia, simplemente escribe una frase. Ya sabemos que ese primer borrador no tiene por que ser el definitivo y puedes cambiar tu historia cuantas veces quieras hasta que quede como la tenías en mente, a pesar de que eso pocas veces ocurre – al menos a mi – y, en la mayoría de las ocasiones, acabo escribiendo una historia distinta.
La hoja en blanco puede dar mucho respeto, pero, recuerda, tú tienes la posibilidad de convertirla en una historia. No dejes que te intimide.
Y a ver si yo también sigo estos consejos, que me hace falta.
Y tú ¿Cómo te ‘enfrentas’ a la hoja en blanco? ¿Cuáles son tus trucos?
¡Muchas gracias por leerme!
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